miércoles, 3 de septiembre de 2008

CARNICERIA ACADEMICA

Eso es la facultad a donde voy.
Hay que empezar a contar desde el principio para saber cómo nos sentimos mis compañeros y yo a esta altura de la carrera.
Cuando estaba en 2º año de ingeniería, se hizo en la facultad una evaluación a cargo de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria, la CoNEAU. Sus principales funciones son:

  • Evaluación de proyectos institucionales de nuevos establecimientos privados y estatales.
  • Evaluación externa de instituciones.
  • Acreditación de carreras de grado reguladas por el Estado.
  • Acreditación de carreras de posgrado.
  • Evaluación para el reconocimiento de entidades privadas de evaluación y acreditación universitaria.

Lo cual me parece bárbaro, ¿quién no quiere un buen nivel de educación?
El problema viene cuando una carrera no cumple con los requerimientos mínimos, y por lo tanto, no acredita para que se pueda seguir dictando. Ahí estás en un problema… nosotros, los alumnos, digo. Y eso fue lo que pasó.
Eso quería decir que para nosotros, los alumnos de segundo año, teníamos una sola oportunidad de recursar alguna materia en caso de ser necesario.
Cuando estaba en 3º recursé una materia, lo que me sentenciaba a no tener que volver a recursar porque iba a estar hasta las manos. A esta altura, ya en 5º año, te das cuenta de todos los problemas que trajo el hecho de que no se acreditara la carrera. Cosas de las que cuando recién empezás a estudiar, no sos conciente:

  1. Tenés un montón de presión encima. Sabés que tenés que aprobar cada uno de los parciales de cada materia que estés cursando para poder regularizarla.
  2. Cuando termines de cursar vas a estar acarreando entre 10 y 15 finales para rendir, incluído el proyecto final, materia que es la última en rendirse y consiste en presentar un proyecto, no solo en papel, sino también armado.
  3. Una vez finalizada la cursada del proyecto final, tenés dos años para presentarlo terminado; lo que quiere decir que en esos dos años tenés que rendir toooodos los finales que te quedan, ya que no se puede rendir el proyecto final sin haber rendido todas las materias previas.
  4. Por otro lado, también tenés que hacer 200 horas de cátedra supervisada en algún lugar. O hacer algún proyecto que te lleve esa cantidad de tiempo.
  5. Un problema grave es el vencimiento del proyecto final. Si pasan esos dos años y no lo presentaste (suponiendo que hayas rendido todos los finales), se vence la cursada de la materia y del proyecto per se, quiere decir que tendrías que bucarte un nuevo proyecto para hacer.
  6. Para cuando nosotros terminemos de cursar, muchos de nuestros profesores ya no van a estar dando clases en la facultad ya que somos la última promoción, lo que implica que quizá tengamos que rendir algún que otro final con algún profesor que probablemente no tenga la menor idea de lo que te está tomando. Lo cual te puede beneficiar o jugar absolutamente en contra.
  7. Todos estos problemas te fuerzan a hacer notas para posponer vencimientos de materias, pedir mesas especiales. Tenés que andar buscando a los profesores para ver si te pueden tomar porque en la facultad ya no los vas a ver. Y, en el peor de los casos, nos tendríamos que ir a rendir a otra facultad del país.

La vida del estudiante es difícil…