sábado, 16 de febrero de 2008

EL AMIGO DE TODOS

En cada pueblo siempre existe un personaje medio fantasma. Todos conocemos alguno. Hay una especie en particular que yo llamo “el amigo de todos”. Ese que cuando sale, siempre saluda a todo el mundo que se le cruza, y capaz ni siquiera sabe de donde lo conoce (si es que lo conoce). Seguramente te lo presentó una vez un amigo de un amigo, un día que ni siquiera recordás cual fue, ni que estabas haciendo.
Vos sabés que el vago de pedo se acuerda quien sos, y que vos te acordás de pedo quien es él. Pero cada vez que se ven en el boliche, te saluda como si fuera tu mejor amigo. ¡Ni hablar si es el día del amigo!, puffff... Hasta es capaz de comprarte una cerveza como agradecimiento por haberlo saludado y garantizarse un “amigo” más. Es más, seguro que no se acuerda como te llamás. Por eso cuando te saluda te dice: “Hola, loco”, o alguno de esos apodos que suelen poner, como “papá”, “vieja”, “flaco”, “master”, “locura”, “titán”. O uno que odio, “cabeza” o “cabezón”. ¡¿Qué mierda me está queriendo decir con eso?!. ¡¿Jamás me dijeron cabezón en la primaria y me lo vas a venir a decir vos?!. ¿Mis viejos pensaron mi nombre durante nueve meses para que “el amigo de todos” me diga así?. Naaah.
Esta raza también conoce muchas mujeres. No te confundas, es muy factible que la mayoría de ellas nunca le haya dado bola, por eso ahora son sus “amigas”. Eso en parte puede llegar a beneficiarte si lo sabés usar a tu favor. Te puede presentar a sus “amigas” y poder llegar a entablar algo con alguna.
Obviamente que también existe la versión femenina de esta raza. La mina que conoce a todos. La mayoría son vagos que probablemente se la quisieron levantar, o en su defecto, le tienen ganas. Ese es todo un tema que se puede llegar a tratar más adelante.
En conclusión yo podría decir que no es muy conveniente rodearse de esta gente. Pensálo, una persona que conoce y saluda a mucha gente, que para ellos está todo bien con todo el mundo, que todos son sus amigos y la postura de perfil alto, son personas muy poco confiables y, por lo menos yo, las tomo con pinzas.

viernes, 1 de febrero de 2008

BORRACHERAS

El alcohol es algo raro. Es como una inyección de adrenalina al cuerpo. Eso que necesitás siempre cuando te juntás con tus amigos en alguna casa, alguna salida al pool o al boliche. Siempre está. Es como el mate de la tarde, el amigo fiel, el “perro embotellado”, digamos. La companía perfecta de los sábados a la noche. También es la culpa de las huevadas que hacés y la excusa para lo que no querés recordar. Cuántas veces habrás dicho la famosa frase: “Estaba borracho”.
El alcohol saca esa parte de vos que no solés mostrar. Cuando te pasás, descubrís un VOS que por ahí ni siquiera conocías; pero tiene sus consecuencias.
Las personas reaccionan distinto ante el abuso de alcohol y son muy fáciles de reconocer. Por ejemplo, en el boliche. El primer síntoma que ves es que le cuesta caminar derecho, va delante del amigo sobrio para que lo vaya guiando y sosteniendo de la remera, como si fuera un perro al que están paseando. Algunos de los síntomas pueden ser: estar despeinado, ojos vidriosos, gritar en vez de hablar, caminar (tambaleándose, obvio) cantando a los gritos, y siempre que se cruzan alguna mina, les acercan la cabeza al oído diciéndoles alguna huevada manteniendo el cuello estirado lo máximo posible durante el cruce, mirándola fijo con esos ojos que apenas pueden enfocar y deseando que la mina diga: “¡Ay!, que borracho más tierno” y se quede con vos, o que esté tan o más borracha que vos como para que te de bola.
Hay distintos tipos de borrachos: el callado, el fiestero, el bardero, el melancólico, el cariñoso y el dormilón. Vamos a hacer una breve descripción de cada uno de ellos:

El borracho callado es aquél que no demuestra nada, parece una planta. Puede estar re en pedo y su rostro no emite ningún sentimiento. Generalmente los ves sentados en una banqueta, sillón o escalera, encorvados, con los brazos colgando y siempre mirando un punto fijo pero con la mente totalmente en blanco. Como si fueran autistas. Solo te das cuenta de que están borrachos porque están en el boliche o en algún lugar donde hay alcohol. Si los ponés en un escenario totalmente distinto pueden pasar por genios. Por ejemplo, si los llegás a ver en ese estado dentro de un laboratorio, podrías llegar a creer que están ideando alguna genialidad.

El borracho fiestero es al que ves siempre con una sonrisa en la cara, paseándose por todo el boliche, con el pelo mojado, bailando y gritando en vez de hablar. Ese que está dispuesto a chamuyar y bailar toda la noche hasta que cierre el local. Lo ves bailando en el medio de la pista, con esa luz de mierda que parpadea y no te deja ver un carajo, que cuando se apaga, este borracho, que parecía John Travolta en “Fiebre de sábado por la noche”, queda haciendo movimientos realmente ridículos pareciendo que le está dando epilepsia. Y no sé por qué, siempre creen que saben la letra de todos los temas que pasan. Los ves moviendo los labios pero en realidad están cantando cualquiera.

Al borracho bardero todo el mundo se lo ha cruzado alguna vez. Esta especie anda siempre mirando entrecerrando los ojos, caminando despacio y chocando a los demás. Pasan mirándote como si te hubieses curtido a la madre, pero no, solo lo hacen porque sí. Pareciera que el objetivo de ellos es arruinarle la noche a alguien y sacarse su stress con un pobre tipo que de verdad fué a divertirse. Mejor evitarlos.

El borracho melancólico es un clásico, siempre hay uno. Ese que empieza a tomar y se empieza a acordar de todas las cosas malas que le pasó en la vida para amargarse en el boliche, llorar y amargar a los demás. Este tipo de personaje sale a la luz cuando utilizás el alcohol como recurso para olvidar a alguien o cuando estás mal por algo; la novia que te dejó, el pariente que falleció, la vez que no se te paró (este útimo suele pasar después de que tomaste).

El borracho cariñoso es el MAS clásico, diría yo. Es una mezcla del borracho fiestero y el borracho melancólico. Él quiere a todo el mundo, todo es paz y amor. Frases célebres como: “Te quiero mucho, loco” ó “Yo te re banco”, siempre abrazando a la persona a quien le habla y gritándole al oído, perforándole el tímpano. Al principio unas lágrimas quieren caer de tus ojos por las cosas lindas que te dice, pero después de un rato lo querés cagar a trompadas por lo denso que se pone. Es tu amigo, que le vas a hacer.

Y por último, el borracho dormilón. No hay mucho para decir. Yo diría que es el más fácil de indentificar. Parece que estuviera en un coma alcohólico totalmente inconsciente, pero en realidad solo duerme. Ese que cuando lo vas a buscar para irte tenés que andar llevándolo porque tiene una pachorra encima como que no hubiese dormido en un año.

No me digan que nadie se sintió identificado con alguno. ¿Cuál de todos sos vos?...

(Mi preferida...)